"Se encierran algunos locos en un manicomio para hacer creer que los que están fuera son cuerdos".
Montesquieu.
La locura no solo la tienen los que están encerrados en un psiquiátrico manicomio todos estamos locos, todos hacemos locuras.. Algunos estamos más locos que otros o simplemente nuestra parte loca es tan, tan pequeña que ni nosotros mismos la percibimos... todos hacemos locuras, incluso los que ni ellos mismos creen que podrían a llegar a hacer ese tipo de cosas.
Hay muchos tipos de locuras: Las amorosas, de desilusión, desamor, deshonor, decepción, diversión... las que provoca la depresión, esquizofrenia o cualquier enfermedad mental que incite a ello...etc.
A nadie se le escapa que históricamente y con obstinada insistencia, se ha intentado encontrar cierta relación entre “creatividad” y “locura”, o entre “genio” y “locura”. No quisiera entrar a dilucidar cuál sería mi opinión sobre cada uno de estos términos (por eso los escribo entre comillas), sino partiendo de una supuesta idea, que parece instalada en el consciente colectivo, desarrollar mi hipótesis acerca de ello.
Se designó como locura hasta final del siglo XIX a
un determinado comportamiento que rechazaba las normas
sociales establecidas. Lo que se
interpretó por convenciones sociales como locura fue la desviación de la norma
(del latín vulgar delirare, de lira iré que significaba
originalmente en la agricultura "desviado del surco recto"), por
culpa de un desequilibrio mental, por el cual un hombre o una mujer padecía de
delirios enfermizos, impropios del funcionamiento normal de la razón, que se
identificaban por la realización de actos extraños y destructivos. Los síntomas
de ciertas enfermedades, como la epilepsia u
otras disfunciones mentales, fueron también calificados de locura.
¿Locura..? Esto es
EspartAAAAA
— Leónidas ofreciendo
una descripción exacta de la locura.
Que oiga estatuas
hablándome, que le hable a los insectos y que me encadene yo sola... ¡¡No
significa que esté loca!!
— Santa Rosa de Lima argumentando con el
psiquiatra.
Yo no soy loco. ¡Sólo me
salía bien el papel!
— Jack Nicholson antes de
que se lo llevaran al manicomio.
La locura es un don que
sólo los locos disfrutan.
— Loco al salir del manicomio.
¡Oh, my cat! ¡¡Mi amigo
imaginario se ha mudado a París!! ¡¡¡NNNOOOOOOOOOOOOOO!!!
— Loco forever alone.
¡No, yo no estoy loco, se
está equivocando conmigo, señor. ! ¡Oh, mire, ahí viene mi dragón del
mandado!
— Loco al ser entrevistado por un curioso.
La Locura es una afección del Loco, que es una persona, animal o cosa que
tiene un insecto saltarín en el cerebro, y
eso le afecta a la coordinación del cuerpo, causando que se crea muchas cosas,
por ejemplo: se creen vagabundos, santos, lápices, mamuts y presidentes
legítimos. En raras ocasiones se derivan de los vegetales y se vuelven
herbívoros. A causa de este beneficio muchas personas se hacen millonarias al
aparecer en la televisión y hacerse famosos y en raros casos muy
graves mueren con
la ilusión óptica de un mundo mejor.
Se dice que un acto de locura es no acatar ciertas reglas
sociales básicas y mostrarse en contra de la sana razón. Por
ejemplo, no está bien visto salir a caminar desnudo por la calle, gritar como
un loco a los parquímetros, respetar a los padres,
creer que si todas las personas del mundo saltasen a la vez cambiarían el curso
del universo, creer en estos tipos, o estos tipos, o tipos similares, o hacer
una redistribución justa de la riqueza. Son actos satánicos.
La lista puede ser interminable, ya que hay taaantas locuras que hacer una
lista de las locuras existentes es, ya de por sí, una
locura.
¿Qué locura es esta?
Este estado produce convulsiones e insultos. Puto gordo
La locura viene del vocablo fenicio Eeeee (única
letra que inventaron). Más adelante fue deformándose en Deeee, que
significa "despacio", ya que era un término marino (recordemos que
los fenicios eran excelentes marineros, comerciantes y mentirosos). Luego, este
término cruzó el Mediterráneo sobre la
aleta de un delfín enviado por el propio Zeus para
visitar las frías tierras de los normandos, ancestros de los vikingos.
Usaron el término "despacio" para que en el brindis de las copas de vino fuera
más leve el golpe, y evitar así que las copas se rompieran. Dos horas después,
un normando embravecido y enloquecido gritó "¡Deeeliiii!" advirtiendo
de que su copa había sido rota e iba a sacar su hacha para mutilar algunas cabezas. Con
ese grito de taberna se enfrentaron a un poderoso trirreme romano, y estos
adoptaron su "¡Deli!" como sinónimo de "hacen las cosas
como el culo".
Más adelante, un soldado romano se jubiló, pasó a retiro, pasó por la
ventanilla y le dieron su premio (sextiae) por cumplir servicio. Se hizo
campesino y, recordando aquellas viejas batallas marinas, retaba a su pequeño
esclavo llamándolo delirare, término que pasó a ser estrictamente de uso
de la agricultura, y que significaba "desviarse del curso recto".
(Hacer las cosas como el culo).
El concepto de "locura" fue empleado en Europa
históricamente en diferentes contextos con diferentes significados, que
retrospectivamente se sabe que correspondían a fenómenos distintos, que en la
historia de la medicina se encuentran pobremente definidos y que en ocasiones
eran incluso contradictorios. La cuestión de qué variaciones respecto a la
norma eran aceptadas como "extravagancias" y cuáles como locura podía
depender de la región, la época o las circunstancias sociales del sujeto. No
fue hasta la aplicación de la nosología moderna
cuando se delimitaron los diferentes fenómenos denominados hasta entonces como
locura. La locura, en términos clínicos puede ser entendida como una forma
de esquizofrenia e incluso como un sinónimo.
Locura, según el diccionario, significa “privación del
juicio o del uso de la razón”. Sin embargo,
esta acepción no siempre ha sido tal. Antiguamente, se creía que era
consecuencia de maniobras sobrenaturales,
o netamente demoníacas.
También se pensaba que actuaba en el hombre como castigo divino por la culpa de
sus pecados. En la Edad Media los leprosos pasaron a ser una imagen
distinta del miedo. Temidos y repudiados por los demás, eran excluidos y
encerrados en leprosarios; cuyos bienes, una vez desaparecida la enfermedad,
eran convertidos en fondos administrados por las ciudades y destinados a obras
de beneficencias y establecimientos hospitalarios.
Una vez desaparecida la lepra, su lugar es
tomado por las enfermedades venéreas que pronto pasan a ser consideradas
asuntos médicos.
Hasta la segunda mitad del siglo XV, el
tema reinante es la muerte, que aparece bajo el signo de las guerras y pestes
que acompañan este período. Pero ya a finales del período, esta inquietud gira
sobre sí misma. Los hombres dudan de todo y, al dudar también de la muerte, se
abre una nueva perspectiva que permite burlarse de ella, porque sólo da cuenta
de que la verdadera existencia está vedada a los ojos humanos mientras la
realidad sea sólo un espejo de sí misma.
En el Renacimiento,
la locura surge como una nueva encarnación del mal. Es en este momento en que
aparece la denominada "stultifera
navis" (nave de los locos) que determina la existencia errante de los
locos. Dicha nave fue utilizada para eliminar del territorio a estos seres
molestos que ponían en riesgo la seguridad de los ciudadanos.El furor sin causa
era concebido como un síntoma inequívoco de locura y un motivo de confinamiento
en la nave de los locos. Sin embargo, este viaje no sólo hacía las veces de
barrendero humano, sino que, otorgaba al loco la posibilidad de purificación,
sumado al hecho de que cada uno es entregado a la suerte de su propio destino,
pues “cada viaje es, potencialmente, el último”.
A partir de Erasmo de Rotterdam y del Humanismo,
la locura pasa a ser parte directa de la razón y una denuncia de la forma
general de la crítica. Es la locura la que ahora analiza y juzga a la razón.
Los papeles se invierten y dejan ver que una no podría sobrevivir sin la otra,
pues ambas son una misma cosa que, en determinados momentos, se desdobla para
revalidar su necesaria presencia en el mundo.
Sólo en el siglo XVII se
dominará a la locura a través del encierro, con el llamado “Hospital de los
locos”, donde la razón triunfará por medio de la violencia.
Para empezar, quisiera reconocer algo demasiado evidente. Muchas personas de reconocida creatividad e impulso artístico, han sido diagnosticadas o se les ha presupuesto algún diagnóstico de los que se conocen como trastorno mental. ¿Podría ser esto la confirmación de una relación directa entre “locura” y “creatividad”?.
Es fácil constatar que, hay muchas más personas que no están diagnosticadas, ni se les reconoce trastorno alguno y, sin embargo, tienen un impulso tan artístico y creativo como las diagnosticadas. Además, la “locura” se ha relacionado con muchos otros términos como criminalidad, violencia, etc, y no por ello, vamos a darles mayor crédito.
¿Pero entonces, cómo hemos llegado a hacer esta relación entre “creatividad” y “locura”?.
Estoy convencido, que dicha conexión se produce con el encuentro de los estigmas sociales que históricamente han recaído sobre los llamados locos y los reconocidos como “artistas excéntricos” y en el intento de institucionalizarlos a ambos.
Roy Porter explica y compara, cómo “los comediantes y bufones del escenario también anunciaban su locura a través de la indumentaria y otros objetos…” (Porter, 2003), y cómo los antiguos pacientes del manicomio de Bethlem, en Londres, también llamado Bedlam, se les permitía vagar por los caminos y pedir limosna, “ataviados con un “uniforme” más o menos similar y exclusivo de ellos” (Porter, 2003). Las personas consideradas desequilibradas, nos han dejado muchos testimonios autobiográficos, pero también se han expresado “visualmente a través de dibujos, pinturas y otras creaciones” (Porter, 2003). Parece ser que en los asilos donde recluían a este tipo de pacientes, se les permitía “dibujar por motivos humanitarios”. En muchos casos, la desordenada vida de muchos artistas, les llevó a pasar por los asilos y los manicomios.
La “locura divina en el artista” (Porter, 2003), es una idea que ya desarrollaron algunos pensadores griegos, concibiéndolo como un individuo “inspirado”, o sea, “invadido por el espíritu”; algo muy parecido de lo que se pensaba de los reconocidos como “locos”. En el Renacimiento, llamar loco a un poeta, era un cumplido y a los artistas “se les atribuía la capacidad de tener visiones durante el sueño y ensoñaciones durante el día”. Shakespeare afirmaba que “el loco, el amante y el poeta son todo imaginación”, e ideas similares surgen en épocas subsiguientes, hasta el periodo de la Ilustración, en que los poetas buscaban el genio en el equilibrio y el sentido común. Con los poetas románticos se concibe un ideal “del genio saludable y heroico” y los movimientos de las vanguardias artísticas, retoman la asociación del arte con lo mórbido y patológico. “Desde el siglos XVIII hasta la fecha, la sociedad culta ha encontrado una rica significación social en esos trastornos “nerviosos””(Porter, 2003); y me gustaría remarcar lo de “sociedad culta”, para señalar de dónde supongo que proviene dicha relación. Rudolf y Margot Wittkower reconocen que esta relación fue tratada por primera vez en Grecia, donde a través de las ideas de Platón, se llegó a aceptar que los artistas creaban “en un estado de locura inspirada” y que salvo el periodo de silencio que rodeó a los artistas de la Edad Media, “desde los tiempos posmedievales nunca ha sido abandonada la idea de que el talento y el genio artísticos dependen de un tipo de personalidad cuyo equilibrio es precario (Rudolf y Margot Wittkower, 1992).
¿Cómo consigue consolidarse semejante creencia?
Tengo la completa convicción de que esta estigmatización, no sólo recorrió el mundo del arte y la cultura. Ciertamente, no fue hasta la década de 1870 cuando la psiquiatría empezó a mostrar interés en las imágenes creadas por los locos, como instrumento de diagnóstico y confirmando a través de él, “la suposición anterior del parentesco entre el genio y la locura” (Rudolf y Margot Wittkower, 1992). Su pionero, el criminalista italiano Cesare Lombroso, afirmó que “los artistas y escritores estaban trastornados y probablemente necesitaban tratamiento” (Porter, 2003) y los incluyó en sus “teorías del degeneracionismo atávico”, en las que también aparecían los “criminales”. Para ello reunió una vasta colección de obras de “locos”, yuxtaponiéndolas con obras de niños, “anormales” y de “culturas primitivas”, reconociendo “rasgos persistentes que identificó como sintomáticos de la psique trastornada, infantil o salvaje” (Porter, 2003), y dejando implícito que, “si los locos pintaban así, entonces quienes pintaban así también estaban locos” (Porter, 2003). Este criterio fue seguido y reafirmado por muchos psiquiatras, doctores e investigadores, que quisieron descubrir en las pinturas de las vanguardias pictóricas, síntomas de la enfermedad. Freud también dió continuidad a dicho criterio al “considerar el arte como hijo de la neurosis” (Porter, 2003). Incluso Hitler denunció el arte moderno como degenerado y psicopatológico. Y fue esta relación entre “creatividad” y “locura”, sustentada a su vez por los diversos suicidios que acompañaron cierta época, la que asumió la psiquiatría y la que se instaló en la ciencia médica y en el consciente popular colectivo, a pesar de las voces disidentes que negaron cualquier conexión: “La psicosis no es nunca productiva de por sí…, sólo la mente de un hombre puede ser creativa, jamás lo será una enfermedad mental” (Víctor Frankl, 1958).
“A través de los siglos las convenciones artísticas y psiquiátricas estereotiparon a los locos y ayudaron a perpetuar prejuicios que requerían chivos expiatorios” (Porter, 2003). La transformación de la producción artística en mercancía, por la “sociedad culta”, propició la transformación del prejuicioso estigma en “elevado don”. La creatividad, al igual que la locura, ya nada tiene que ver con la transmutación del impulso apasionado, sino con el “gen”.
En definitiva, la idealización del aspecto creativo de la locura, proviene de la institucionalización de todos los graves prejuicios que han perseguido a los entornos sociales más desprotegidos. Y mantener ese mito, es reafirmar el prejuicio velado tras la cosificación de las personas diagnosticadas con “enfermedades mentales”, para así tratar de integrarlas, aunque sea a golpe de “electroshocks”, no en la comunidad de los afectos, sino en la acrítica realidad del mercado.
Síntomas de locura
Como las manifestaciones de la locura son muy variadas, se
pueden considerar síntomas de diversos estados. En cada caso, el afectado
muestra una conducta que se aparta de la normalidad de una forma determinada.
Por eso, los afectados quedan desplazados de su entorno social. Frecuentemente
se manifiesta como una pérdida de control, en la que los sentimientos se
muestran desinhibidamente. La conducta se desplaza fuera de lo racional y las
consecuencias de los propios actos no se tienen en cuenta. Los actos pueden ser
objetivamente absurdos e inútiles. La diferencia entre lo real y lo irreal
puede desaparecer, viéndose perturbada la percepción de la realidad. Se pueden
encontrar en la mitología griega ejemplos de consecuencias
catastróficas de la locura: Heracles mata
a sus hijos; Áyax el Grande masacró un rebaño de ovejas al
confundirlo con los líderes aqueos tras una disputa con Odiseo; el
rey Licurgo de Tracia confundió a su hijo con una
hiedra, símbolo de Dioniso, cuyo culto había prohibido, matándolo, y Medea mató a
sus hijos. Las características perceptibles de la locura abarcan un área amplia
entre la actividad frenética y la catatonia. De un lado están los maníacos; en el
otro los depresivos y los apáticos. A
menudo se dan disfunciones en las capacidades comunicativas, que pueden
disminuir la inteligibilidad del discurso y pueden parecerse al habla de un
niño pequeño: repetición de porciones de frases, reduplicación, hablar con
rimas simples, onomatopeyas o cantar canciones infantiles.
Representaciones gráficas
Las representaciones de la locura en el arte y la literatura pueden
dar información acerca de qué síntomas se conocían en tiempos pasados con el
denominador de "locura". Naturalmente estas conclusiones deben de ser
extraídas con cuidado, pues pueden ser equívocas. De hecho, una iconografíade
la locura sólo puede originarse a partir de las percepciones de su
manifestación ya disponibles.
Las interpretaciones concretas artísticas pueden
retroalimentar la percepción del público, lo que significa que pueden modelar
un determinado estereotipo. Tanto la estética como el diagnóstico médico de la
enfermedad son a menudo proyecciones, que pueden expresar la realidad
distorsionadamente, o directamente estereotipada.
Las representaciones gráficas de la locura se centran en
la expresiones faciales distorsionada, posturas
corporales exageradas, gestos sin sentido, actos absurdos y representaciones de
alucinaciones o simplemente de fisionomías poco
naturales.
Una loca historia
A lo largo y ancho de la historia, la locura se ha
presentado en diversas formas y actos. Podemos encontrar miles de historias
para contar y darnos cuenta del rico matiz que tiene la locura.
Para empezar, la locura puede ser desencadenada por la
frustración. Es el caso de César Augusto Germánico Nerón, emperador de Roma. Cuando un
terrible incendio azotaba la ciudad, este loco tocaba la lira y cantaba, así
demostraba su angustia por ser un artista frustrado.
El simple hecho de que una madre quiera que su hijo sea
especial a toda costa puede terminar en nombres feos hilarantes
como Cacerolo, Floripes, Giordano, Epidio, Querubina, Petronilo, Hugo,
Armando... El caso más extravagante ha sido el de Picasso,
cuyo nombre completo es Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno
Crispín Crispiniano de la Santísima Trinidad Ruiz Blasco Picasso y López.
La soberbia acompañada de la ignorancia puede llegar a
decir locuras como que el Titanic es
invencible, la mayonesa light es mas pesada, el World Trade Center resiste
ataques de aviones, un elefante se
columpiaba sobre la tela de una araña, el tamaño no importa, las computadoras
no dominarán el universo, etc. La lista es interminable.
Juana la Loca, hija de Isabel y Fernando, los Reyes Católicos (España)
tuvo una historia trágica y desafortunada desde el principio de su existencia.
Debido al enorme parecido con su abuela, Isabel la llamaba histeriquita "mi suegra". Después
se casó con Felipe el Guapo y cuando murió, se quedó loquita e iba a todas
partes con el féretro de su guapo esposo. Demás está decir que allá por el año
1500, a las personas así no les daban Sugus ni televisión,
sino que las recluían en lugares horribles y allí Juana no se bañó ni un solo
día, ni quiso ser cambiada de ropa.
Algunas personas fueron tratadas de locas, es el caso de
Juana de Arco, Hitler, George Michael, Guillotine (quien perdió la cabeza en
su invento), Andrea Orman, Don Quijote, Val Kilmer y el señor Jorge Arbustos,
ex - emperador de Gringolandia y paladín de la democracia y
las buenas costumbres, quien intentaba por todos los medios
darles libertad a los oprimidos árabes para que debieran tener sólo una esposa
y las chicas puedieran mostrar la cara sin que las enterraran y las
cascotearan.
Hubo inventos muy locos, como un tenedor mecánico que servía
para enrollar los spaguettis; el telégrafo, que motivó que las personas
escribieran usando puntitos y rayas y que Edison haya llamado a sus hijos Dot y
Dash ("punto" y "raya", otro padre que pone nombres raros);
el DeLorean, que permite viajar a través del tiempo con
residuos orgánicos; el bidet; Xuxa; la Wikipedia;
Sexy o no; el microondas; el control remoto; el Abstronic para
desarrollar músculos sin mover un solo músculo, etc, etc, etc, etc... Incluso
este etcétera es otro loco invento creado por una persona
que quiso abreviar "y un millón de cosas más que ni me acuerdo pero
sé que existen".
¿Acaso estás loco?
Hay ciertos síntomas que ayudan a distinguir si una persona
está poseída por el mal, está genuinamente loca o
simplemente está borracha.
Estás loco si...
... te falta un tornillo y no estás reparando nada.
... si crees que el cartel de "contramano" es un
cíclope chino.
... te bañas tres veces por día.
... piensas que
Kristina/Bush/Calderon/Correa/Zapatero/Lula/Castro/Chavez/Morales/Bachelet/Uribe/Garcia/Menem/De
la Rua fue (y es) buen presidente.
... crees que la tierra es redonda plana.
... crees que Elvis Presley está
muerto.
...escuchas Regueton, Reguethoon (o como te dé la regalada
gana de escribirlo) durante 12 horas seguidas y dices que es buena música.
Estás poseído por el mal si...
... la solución a tus problemas es sacar la .22.
... si crees que Jesús sólo intenta apuñalarte con sus
clavos de las manos y escupirte desde la cruz.
...si piensas que inciclopedia no
sirve
...si piensas que los Jonas, Miley Cirrus, Britney Lanzas y
todos esos pobres
incomprendidos hacen bien a la Humanidad.
Estás o estuviste borracho si...
... no es Carmen Electra con quien despertaste.
... no recuerdas nada de lo que hiciste.
... sueles despertarte en camas ajenas.
... hueles a alcohol y a vómito.
...haces imitaciones baratas de Michael Jackson (que en paz
descanse) para el cumpleaños de tu sobrina.
...sueñas que golpeaste a este
tipo y estás todo amoratado y en una calle frente al bar, hediondo a
sangre.
Estás Drogado si...
... crees que las mujeres son insectos.
... tienes un dolor en el culo al despertar.
... entiendes los cuadros de dali.
... ves la musica de jimmy hendrix.
Locura en la literatura
Acercamiento a Elogio de la locura.
"La sabiduría inoportuna es una locura, del mismo modo
que es imprudente la prudencia mal entendida", dice Erasmo de Rotterdam en
su Elogio de la locura.
Los escritores del Renacimiento, como una forma de poner en
tela de juicio todo aquello que encontraban contradictorio, crearon personajes
ficticios, mediante los cuales expresaban lo que pensaban. Al darle voz a la
locura, Erasmo de Rotterdam convierte su obra en una especie de sátira moral
mediante la cual, se da el gusto de atacar todo lo que considera incorrecto,
argumentando que la locura es una suerte de castigo del saber, para quienes
creen saber.
Académicamente “es objeto de discursos que ella misma
pronuncia”. Lo que provoca un mayor acercamiento a la razón, como una
característica propia de todos los hombres y no sólo de los supuestos elegidos
(sabios).
Luego de que la locura supliera el tema de la muerte en el
siglo XV, pasa a ser la forma en que se da cuenta de que la existencia misma no
es nada, en el sentido de que no refleja lo que verdaderamente es. Por este
motivo, sus discursos son morales. Crítica al hombre el apego a sí mismo y su incapacidad
de ver, en la mentira, la verdad.
Lo que intenta Erasmo de Rotterdam, es indicarnos el camino
que nos lleve a recuperar la inocencia y la verdadera apariencia de las
cosas. Realidad y verdad que
sólo son posibles de ver a través de la mirada humana, pero no de aquella
dominada por la soberbia, sino de la del hombre común y corriente que disfruta
de las cosas mundanas, y que reacciona casi espontáneamente a los estímulos del
medio.
“La razón, para ser razonable, debe verse a sí misma con los
ojos de una locura irónica”. Lo que le interesa a Erasmo de Rotterdam es dar a
entender que sólo a través de la locura el hombre sabrá razonar correctamente.
Es decir, sólo a través de la prueba y del error, es probable que se llegue a
una verdad que siempre estará condicionada por otra, ya que el hombre jamás
llegará a ser dueño absoluto de la razón.
La literatura de la modernidad ha encontrado en la locura un
paradigma creativo respecto al uso poético del lenguaje; a ella se han remitido
principalmente los artistas del romanticismo, viendo la locura sin esa
perspectiva "crítica" y admitiendo sus mecanismos lingüísticos como
juegos de puro lenguaje creativo. Así, Allan Poe, Baudelaire (con toda la
corriente de "poetas malditos" de cambios de siglo) y, más
recientemente, escritores adscritos a la llamada literatua experimental. Así,
Raymond Queneau dedicó un grueso ensayo ("Los locos literarios")al
estudio de un catálogo de locos que, sin entrar voluntariamente en el terreno
de la literatura, le sirven como referencias "artísticas" para un
estudio de los fenómenos del lenguaje en un uso no convencional.
Síntomas de Locura
Pueden considerarse locos las personas que:
Aseguran que el Ave María pone huevos.
Se disfrazan, porque sienten vergüenza de lo que pueda decir
su amigo invisible.
Le envían correos electrónicos a su perro.
Llevan una camisa de fuerza.
Han intentado ponerse un piercing en el ojo.
Visitaron el Área 51.
Se creen vagabundos.
Confunden molinos con gigantes.
Son diestros.
Creen que México va
a ganar el mundial.
Aún creen en un fantasma voyeurista
que les habla....
Actividades que pueden provocar la locura:
Recientemente, la prestigiosa Universidad de Princeton
publicó un articulo en donde se listan una serie de actividades, las cuales
aparentemente, llevan a la locura
No dormir durante 69 hs.
Dormir durante 69 hs.
Ver morir a un friki de
soledad.
Pronunciar la frase "Me voy a volver loco" 666
veces.
Creer que la Ley
de pascual habla sobre monos voladores
Intentar comprender, pensar o realizar la paradoja del gato ese con todo lo vivo en
tu vecindario (incluyendo a tu hermanito menor).
Seguir asistiento a ese lugar lleno de locos e inadaptados sociales;
podrias terminar creyendo que su unico amigo en realidad si existe.
Tipos de locos
Cientifico loco
El científico loco es un personaje real, que puede ser
malvado o más malvado, pero siempre despistado. Psicótico, excéntrico o
sencillamente torpe, el científico loco trabaja siempre con tecnología
completamente real con el objetivo de conseguir antes que el Frikipedio sus
planes perversos.
Loco Cuerdo
Este tipo de locos son completamente normales, pero a veces
se creen vegetales, o árboles y actúan como tales, si así es se ponen estáticos
y mueven las manos como
si fueran ramas, pero ten cuidado porque si se creen plantas carnívoras,
¡aléjate! Te perseguirán hasta que te coman empezando por el pene en los hombres y
por las manos en
las mujeres,
y cuando duermen despiden un agradable sabor a menta fresca. Si los pruebas
saben a dentífrico dental, pero por raro que parezca, si te lavas los dientes
con ellos no te eliminan la caries ni te dejan la boca fresca, ni tampoco te
blanquean los dientes.
Loco Político
Normalmente estas personas se nominan candidatos políticos
en un proceso electoral y en campaña
prometen muchas cosas irrealizables como: Segundos pisos en vialidades un ferrocarril que pase por
todo el país, que los extraterrestres destruyan
la luna o que Afganistán se haga democrático, básicamente estos
candidatos siempre pierden las elecciones y en su mayoría se declaran presidentes legítimos gobernados
por el mismisimo Homer J. Simpson.
Loco Hippie
Los locos hippies surgieron
a mediados de los 60s y los 70s, creados para repartir el mensaje de amor y paz por el
mundo y para combatir la horrible influencia de esta causa. Con el deseo de la juventud
norteamericana por la experimentación con drogas psicodélicas y chicas
desnudas, disfrazado de causas poco psicoactivas y sinceramente poco sexuales
como las Guerras de Vietnam y de las Galaxias,
estos locos por lo general no se bañan y los puedes confundir con un vagabundo;
miran a la tierra de colores y escuchan a Bob Marley o a los Beatles y
despiden un olor que te marea y te hace ver arcoiris y atraerte a ellos.
En este apartado del artículo, enlistaremos algunas de las
manías o locuras que se le ocurren a un loco o no tan loco con el
único fin de alcanzar algún objetivo en un futuro cercano:
¿Cómo protege un Loco su Automóvil?
Si un Loco no quiere que le roben el coche, pondrá en
práctica estas sencillas sugerencias.
Primero, introducirá dentro del auto 3 perros agresivos
y hambrientos.
Pondrá un espantapájaros en el techo del auto.
Lo atará y la sujetará a su cama con una cadena.
Usará un martillo para golpear la carrocería del auto, para que no
sea atractivo a la vista del ladrón.
Colocará una cámara Web encima
del coche y
la conectará a un monitor para ver quién se acerca.
Contratará una Stripper, un guardaespaldas y dos
estrellas porno,
y los meterá dentro del auto.
Si nada de lo anterior le resulta, disfrazará al auto de
bicicleta.
Y si todo lo demás le falla, cubrirá el auto con una bolsa
protectora de fuerza eléctrica de alto poder.
Para finalizar recuerda siempre que:
Las locuras que más se lamentan en la vida de un hombre son las que no se cometieron cuando se tuvo la oportunidad.
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